La introducción en un texto de cualquiera que sea su índole debe ser envolvente para que el lector metafóricamente quede atrapado en el mismo y continúe leyendo hasta concluirlo.
De esta forma, constituye el primer contacto del lector con el trabajo, la obra, artículo, ensayo, etc. La misma plantea de modo superficial los diferentes aspectos que comprenden el trabajo, su principal finalidad es adentrar al lector para que decida continuar con la lectura.
Todo trabajo investigativo, en especial los ensayos, debe llevar introducción, así sea implícita. Es importante destacar que las partes de un ensayo son esenciales para el desarrollo de este.
El presente artículo tiene como finalidad abarcar 5 interesantes consejos sobre cómo redactar una introducción. ¡No te los pierdas!
Sirve como guía al momento de redactar una introducción, plantearse algunas preguntas que lo encaminan hacia una redacción fluida de la misma, por ejemplo: ¿cuál es el tema de ensayo?, ¿por qué se está haciendo el trabajo?, ¿cuál es la finalidad o los objetivos del ensayo?, ¿se desea diferenciar, describir, analizar los temas?, ¿Cuál es el interés de realizar el trabajo?, ¿Académico o profesional? Es recomendable no hacer más de tres y el texto no necesariamente se debe relacionar a las preguntas.
Partiendo de un punto de vista general del entorno del tema se lleva a lo particular, por ejemplo, en un ensayo que trata la influencia de las redes sociales en el desarrollo emocional de los adolescentes, se puede partir hablando del internet, sus bondades y usos, un segundo párrafo se centra del desarrollo emocional, se hace mención de las redes sociales para concluir haciendo énfasis en cómo podrían influir las redes en el comportamiento y desarrollo de los adolescentes.
De esta manera se tiene clara y definida toda la información que se pudiera usar para construir la misma. Como recomendación brindar un adelanto de lo que será todo el trabajo, sin incluir la conclusión, indicando las principales claves del argumento sin presentar muchos detalles.
Es muy importante que se entienda perfectamente la idea emitida en la introducción, estructurar por escrito el desarrollo del trabajo en las diferentes etapas o temas a que tratara, luego de estructurados definir qué se va a incluir de manera que tenga un orden coherente y sea entendible. Hacer mención del tema de estudio, título del artículo o libro, problema de la investigación, etc. El investigador crea una referencia de la problemática, mencionando las limitaciones, explica el objetivo de la investigación, la idea o tema que se explica en el contenido, seguidamente presenta la propuesta de solución dejando claro sus ventajas y cómo se conseguirá.
Para concluir la introducción puede comenzar con una historia, una anécdota importante, un dato curioso, que ejemplifique o tenga referencia con el tema, algo que impacte y capte la atención del lector. Que cumpla el papel de abrebocas, debe dejar al lector con ganas de más, así que no se debe desgastar emitiendo explicaciones confusas desde el principio, básicamente un simple resumen del tema sin entrar en detalles mayores.
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